Estimado Antonio:
Desde la percepción de un
profesional de la enfermería, percibo que en la situación actual en la que
vivimos, los recortes, el mal estar general, la desconfianza y la falta de
solvencia por parte de los altos cargos políticos han generado un debate en
nuestro sistema sanitario. Ese sistema que hasta ahora, había sido ejemplar
para el mundo entero, se tambalea cada día más con riesgo de caerse y perder
todo por lo que se había luchado y conseguido en tantos años. Han comenzado los recortes afectando a la
equidad asistencial y a la cartera de servicios ofertada hacia el paciente.
¿Alguien conoce algún gestor
sanitario? ¿Sabe cuales son sus funciones? ¿A que se dedican? Se define como
gestión sanitaria la función ejecutiva de planificar, organizar, dirigir,
controlar y supervisar actividades sanitarias encaminadas a mejorar resultados
en salud de la población. En ella
contribuye la historia, la economía, el derecho, la sociología, la psicología,
la salud pública y la medicina.
La duda sobre la sostenibilidad del sistema Nacional de
Salud me hace pensar realmente en nuestros gestores ¿están mirando hacia el
lado correcto?... las personas. Me pregunto ¿cómo pueden generar confianza si
no cuentan con sus profesionales? Además suelen ser personas que no has visto
nunca ni sabes ni siquiera su nombre.
Entiendo que ellos se mueven por
un círculo difícil a la hora de tomar decisiones ya que deben mantener el
equilibrio y garantizar la equidad, la eficiencia y la efectividad del
sistema. Sólo digo que deben contar con
su personal, somos los que generamos confianza, equidad, eficacia y efectividad
dentro del sistema sanitario. Sin nosotros nada va hacia adelante. De seguir en
esta dinámica llegará un momento en que los problemas afecten directamente a
los pacientes.
El problema reside en que
normalmente el poder que te crea dichos cargos no generan un grado de
humanización y es ahí donde se estable la diferencia. Aun teniendo un papel
difícil e imprescindible, los gestores deben de ser más cercanos, contar con su
equipo para la toma de decisiones. De esta forma, se conseguiría mucho más por
el sistema sanitario. Si existe confianza entre el equipo sanitario y los gestores, seremos nosotros los
profesionales los que establezcamos confianza al paciente. De lo contrario las
medidas que se están tomando al respecto generan desconfianza, miedos e
inseguridades que se transmiten cada día a los ciudadanos y somos los mismos
profesionales los que fomentamos todas ellas.
Y ese no es el principal
problema, me preocupa bastante el cambio de rol por los profesionales,
especialmente enfermería. Como usuario quiero un enfermero ejemplar, contento,
motivado que ofrezca lo mejor de uno mismo. Generándome confianza por su labor
hacia mi salud y notar que me cuidan y se preocupan por mi… y tengo que decir
que eso se está perdiendo y muy rápido. Ahora tras las medidas que se toman,
siempre perjudicando al profesional y al paciente, se ha creado un enfermero
meramente laboral cuya labor es llegar un poco más tarde de las 8, almorzar
cuanto más tiempo mejor e intentar irme antes de las 3… y eso para mi es
responsable tanto del profesional cómo el trato que tiene el sistema de tratar
a sus trabajadores.
Tengo que aclarar que gracias a
la ética de los enfermeros y a su vocación, paliamos en muchos de los casos los
efectos directos de los recortes en los pacientes y lo hacemos por ellos…
Para terminar, el gestor trata de controlar un equipo
multidisciplinar, mayor o menor, que afectan a los procesos asistenciales.
Además cuenta con un presupuesto en forma de recursos humanos y materiales que
debe adaptar a las necesidades y objetivos marcados.
… y tú ¿eres un buen gestor?
Un abrazo
Pedro José Soriano, Enfermero Departamento Vinalopó (Elche, Alicante)
Mi querido amigo Pedro:
Me gustaría destacar que cuando
se habla de un colectivo tan amplio y variopinto lo que se comenta son
reflexiones sobre el conjunto del mismo. Gracias a Dios no son pocos los que
tiene virtudes y realizan su trabajo brillantemente.
Lo que planteas muy acertadamente
da lugar a un largo debate. Tanto en lo que dices cómo lograrlo. Me quedo con
una pregunta tuya ¿Están los gestores sanitarios mirando hacia el lado
correcto? Gran pregunta. Mi respuesta es que no. LOS GESTORES SUFRIMOS MIOPIA
- Sufrimos miopía y no vemos más allá del día a día, lo que
conlleva carencia de planteamientos estructurales que hagan sostenible la
sanidad a medio plazo A nivel
estratégico, el gestor tiene que desarrolla una capacidad de visión que le
permita entender su entorno y adelantarse a los acontecimientos futuros. Dicha
visión debe estar basada en un estudio de datos e información, de lo contrario
hablaríamos de iluminados. Y a mí esos me dan miedo. En este aspecto percibo
una miopía que nos lleva más a ser reactivos (los famosos y temidos recortes).
Mira como la Comunidad de Madrid, hablando del sector sanitario, empezó a trabajar hace muchos años en la
mejora y adaptación pensando en el futuro. La consecuencia es que, no son
dificultades, hoy por hoy tiene mayor capacidad de afrontar la difícil
situación en la que nos encontramos. Si hablamos del modelo de concesión de
Alzira, en el cual tuve la suerte de participar en su concepción y ahora en su
desarrollo, quince años después todavía tienen vigencia sus planteamientos,
dado que nació como una solución alternativa
a los problemas de ese momento y previsiblemente (como así ocurrió) del
futuro in mediato. Problemas que estaban tapándose por el momento de bonanza
económica.
- Estamos miopes en nuestra actuación en el día a día. El gestor
sanitario tiene la obligación y la responsabilidad de facilitar el trabajo clínico,
creando la cultura y la organización que genere confianza
En otras palabras, debe liderar
por confianza, lo que implica:
- Invitar y apoyar
a los profesionales a que generen confianza en los pacientes. Mayor
autoconfianza del clínico es indispensable para generar confianza en terceros.
- Generar un
clima entre los equipos para trabajar conjuntamente, generando confianza dentro
de los mismos. Invitándoles a reflexionar en conjunto sobre mejoras en la
organización del trabajo y su toma de decisiones.
- Establecer políticas y actuaciones de
relaciones con el entorno que mejoren la confianza social en su organización.
- Como se debe “predicar con el ejemplo”. El gestor tiene que ser un humanista
cotidiano, muy lejos de la función jefe autoritario, paradigma bajo el cual
enmarcan algunos su función. Quizás sea más fácil ordenar y mandar. Ese es el
camino fácil. Pero sólo hay un camino,
liderar por confianza, como ya hemos comentado, y para eso hay que saber
aprender y desaprender día a día. Un
tema que da para largos debates.
Espero que mis reflexiones sean
tan enriquecedoras como las tuyas lo han sido para mí. Y espero que suscite
opiniones en otros que nos ayuden a
enriquecernos.
Un fuerte abrazo
Antonio Burgueño Jerez, Patrono Fundación Pro humanismo y Eficiencia