De la gestión y de los gestores se puede escribir mucho. Y
de hecho se escribe de todo, bueno y malo. Hay tema para dedicarle unas cuentas.
Tiempo hay para ello.
Tocaba hacer una autocrítica, por ser justos, ya que los
últimos post se han centrado mucho en la labor del médico. Y la consecuente
pregunta es ¿Y los gestores qué? Pues que también tenemos mucho que evolucionar…
El gestor es una figura difusa en este sector, en tanto en
cuanto ejercen dicha profesión personas de muy diferente formación académica, y
en campos tan diferentes como la clínica, la economía o incluso la ingeniería.
Esa heterogeneidad conlleva formas y visiones muy diferentes, aunque
complementarias, de entender que supone ejercer de gestor en este sector.
La cuestión es aún más compleja si añadimos lo variopinto de
las organizaciones sanitarias, que supone que cualquier generalización sea muy
injusta e incluso matizable. En el colectivo de los gestores conviven
organizaciones públicas, clínicas privadas, organizaciones eclesiásticas,
fundaciones públicas, concesiones administrativas, consorcios… Pero todas ellas tienen un factor común:
profesionakles clínicos, con los medios y equipos profesionales de apoyo disponibles
prestan servicios sanitarios a personas que lo necesitan y velan por la salud
de los mismos.
Retomando el tema, es la del gestor una figura, por tanto,
difusa en este sector, en tanto en cuanto no hay mucho profesional de la
gestión por formación y en no pocos casos está lejos de interpretarse como una
profesión además de una ciencia, con métodos, metodologías y habilidades necesarias
como cualquier otra. Pero además es una profesión donde ser humanista es casi
una obligación, pues el éxito de uno es el logro colectivo, del esfuerzo de
toda la organización. Como lograrlo ha llenado miles de libros e incontables
artículos. Sinceramente, no pocos reiterativos y aun mas carentes de un sentido
realista de lo que se ha mal llamado muchas veces liderazgo.
La cuestión es cómo liderar una organización donde tu personal es responsable
directo de decidir la cantidad de recursos neceasaria para prestar el mejor
servicio: volvemos al médico gestor.
El gestor debe ser humanista también, como hemos reflexionado
en otras ocasiones, y eso supone saber
generar confianza en su alrededor y compromiso hacia las metas. Es mucho más
allá que la mera participación, ya que parte del respeto a la labor, esfuerzo y
sentimientos de las personas integrantes de la organización. Desde mi punto de
vista, quien mejor se ha aproximado a este concepto fue, hace ya más de cuatro
décadas, Robert Greenhalf el cual desarrolla el concepto de liderazgo servidor.
Para Greenhalf el líder debe ser todo lo contrario al estereotipo
que tenemos de gestor, aquello que conocemos por “yuppi”, moda que tanto daño
hizo a la profesión.
El líder servidor parte de un sentimiento y una actitud de
querer ser útil a los demás, generando con ello influencia. Su éxito reside en
que los demás crezcan, se desarrollen profesionalmente. En ese punto donde dos
conceptos aparentemente opuestos se complementan. No se aprende en un seminario,
es una actitud y forma de entender el papel del individuo en la sociedad, en el
trabajo, de sentirse enriquecido cuando
los demás crecen. Es, fundamentalmente, valorar a los demás y su trabajo. Sólo
eso… que lejos estamos…
Brevemente, el líder servidor se
caracteriza por:
- Escuchar
- Empatía
- Curar y superar heridas del pasado
- Conciencia de uno mismo, que ayuda a entenderse y a entender aspectos de la
persona como la ética y los valores.
- Persuasión, en oposición a autoridad, la cual no es indispensable poseerla
para ser un líder servidor. Trata de convencer a los demás, construir consensos
dentro del grupo.
- Concebir ilusiones y metas a largo plazo, visiones, de un problema enfocarlo
hacia metas superiores. El líder tradicional esta perdido en metas a corto
plazo. El líder servidor sabe encontrar el equilibrio entre visión y el día a
día.
- Entender las lecciones del pasado y sus consecuencias para decidir el futuro
- Consciente de la responsabilidad del gobierno de lo que se le encomienda
- Comprometido con el crecimiento de los demás
Es lo más parecido al liderazgo humanista generador de confianza.
De ello seguiremos reflexionando y aprendiendo
Antonio Burgueño Jerez
Patrono de la Fundación Pro Humanismo y Eficiencia en la Sanidad
Cierto es, Antonio.
ResponderEliminarAl final no todo es formación en gestión y narcisismo a cambio de humanismo, sino simplemente ser un líder humano y motivador con visión de futuro y capacidad para hacerse de un equipo formado por los mejores y, por supuesto, ser el primero dando ejemplo trabajando.
Humanismo, trabajo y comunicación, esa es la clave y por conseguirlo se ha de seguir trabajando.
Brillante Antonio,
ResponderEliminarEs acertadísima tu apreciación sobre el liderazgo, y la falta de lideres es palpable en nuestra sociedad.
Un fuerte abrazo,
Miguel R.
“ Creo que la variedad en los perfiles de gestor es positiva y enriquecedora. Lo digo con conocimiento de causa, ya que soy una Ingeniera que trabaja en la gestión sanitaria.
ResponderEliminarOtro aspecto clave es crear equipos multidisciplinares y valorar el esfuerzo y el trabajo de los demás.
Creo que valorar a los demás es un elemento generador de confianza.”
Antonio, llevo algún tiempo leyendo tu blog, y sin duda los aspectos éticos en las organizaciones sanitarias no son accesorios sino fundamentales.Te felicito por esta iniciativa.
ResponderEliminarSi hubiera más idealistas sensatos y comprometidos como tú, y menos cínicos escépticos la realidad sería bien distinta.
Dicho esto, y yendo al post concreto, creo que el perfil del gestor sanitario como el lider servidor que dibujas tiene una importancia medular en la gestión y consecución de cambios estructurales profundos y duraderos, en contraposición a la perspectiva del lider narcisista.Si hay una circunstancia que pone a prueba el liderazgo narcisista son los tiempos de crisis, lo que resulta una oportunidad única para que el cambio no sea epidérmico.
Sólo desde el autoconocimiento que apuntabas se pueden asumir genuinamente los compromisos formalmente adquiridos, hacerlos propios, elegidos por una voluntad no disociada, ciega, y voraz, como la narcisista, incapaz de crear algo distinto de si, equipo,proyecto, en definitiva realidad frente a espejismo...
El cambio además necesita tiempo, incompatible con los planteamientos cortoplazistas del narcisismo, que pueden ser adaptativamente valiosos solo transitoriamente.Habrá que decidir que tipo de lider se quiere ser, el narcisista tiene sus ventajas evolutivas en el corto plazo, pero es todo menos sólido y consistente.
Un afectuoso saludo.
Excelente apreciación, Mercedes.
ResponderEliminarAñado además que un gestor narcisista suele ser ineficaz en su labor y tiende a rodearse de profesionales poco eficaces, lo que hace que el sistema sea cual sea, no funcione.
En el caso de la sanidad la cuestión es grave, pues no sólo está en juego el prestigio y la imagen de un servicio o un hospital, sino la atención al paciente, cosa que sólo se consigue evitando la "mal praxis" del narcisista.
Así pues, en mi opinión la decisión está clara.
Saludos.