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domingo, 26 de enero de 2014

GRANDEZA PARA CADA DIA, EJEMPLOS ANONIMOS DE HUMANISTAS COTIDIANOS




Ya definimos en su momento el concepto de humanista cotidiano (http://fundacionhumanizacion.blogspot.com.es/2012/04/el-humanismo-cotidiano-generador-de.html) concepto acuñado por nosotros, y de algunos humanistas cotidianos hemos hablado ya u es nuestra intención hablar de otros muchos, lógicamente. En esa línea es muy interesante el libro escrito por Steven. R. Covey "grandeza para cada día", donde describe la vida de gente corriente que hizo grandes cosas con su lucha y esfuerzo diario. Muy recomendable sin duda.

Ser grande día a día es la verdadera grandeza, que nace desde la humildad y de la constancia (igual que el humanista cotidiano), siendo esto más importante que la riqueza, la fama o el  prestigio. Es una forma de entender la vida. Dice más lo que irradia la persona que su tarjeta de visita. Sin duda requiere de mucha confianza interior para lograrlo. Hay mucho poder en el interior de cada individuo.

Cuanto más somos nosotros mismos más autoconfianza tendremos. No pocas veces la adversidad más grande que enfrentamos son las barreras que se levantan dentro de nosotros, las que nos creamos. Hay que superarlas: "quien obtiene una victoria sobre otros hombres es fuete, quien lo hace sobre si mismo es todopoderoso" (Lao Tse). Bajo esa premisa, ¿No debemos preguntarnos si realmente las dificultados son, en el fondo, positivas para nosotros? Yo estoy convencido de que si.

Parte en sus reflexiones de una primera premisa: para Covey, la mayoría de los habitantes de este mundo son buenas personas que hacen lo mejor que pueden. No debemos dejar que el ruido de una minoría ahogue el bien que nos rodea. Esta reflexión no es baladí. Lo negativo destaca y centra nuestra atención mucho más que lo positivo, así lo afirma, entre otros, . Daniel Khaneman, psicólogo premio Nobel de Economía. Llega a afirmar que nuestro cerebro esta preparado, como el de los animales, por un instinto de supervivencia, para detectar con rapidez las amenazas y lo negativo, y con ello poder reaccionar. Es por ello que tendemos ha destacar siempre lo negativo de las circunstancias y de las personas.

Esto influye en nuestra percepción de las  cosas y del mundo. En realidad estamos hablando del hábito de buscar lo positivo y no dejarnos llevar por el instinto primario de la percepción de la negatividad. Qué es lo más fácil, pues si para identificar lo negativo no tenemos que hacer ningún esfuerzo mental, pues es una respuesta inmediata, para percibir lo positivo requiere activar el cerebro para la reflexión. O como diría D.Kahneman, hay que activar el sistema 2. O en otras palabras, es la diferencia entre pensar rápido o pensar despacio. 

Además, para lograr ser grande día a día hay que saber enfocar la  vida creyendo que el trabajo más importante está delante de uno, no detrás. Sentir un persistente deseo de explorar nuevas direcciones y buscar ideas nuevas de persuadir. Hay que saber buscar significado en la vida son quienes han formado sus pensamientos y acciones alrededor de un propósito que brinda mayor valor a sus vidas.

Para lograr ser grande día a día hay que convertirse en la fuerza creativa de nuestras vidas, con un propósito bien identificado y sin olvidar actuar como un humanista cotidiano: con principios y valores, los cuales motivan las conductas: innovación, humildad, perseverancia, equilibrio.

Grandes lecciones, fáciles de aprender y complejas de realizar, pero nunca es tarde para cambiar y aprender, pues la mejora y el cambio empieza por uno mismo. "Todo el mundo piensa en cambiar la humanidad, pero nadie piensa en cambiarse a si mismo".

Antonio Burgueño Jerez

domingo, 15 de julio de 2012

EL CONTROL DE LOS SENTIMIENTOS Y EL PENSAMIENTO POSITIVO CLAVE PARA MEJORAR NUESTRA AUTOCONFIANZA. Y NO SOLO ESO...



Vengo a insistir en esta reflexión sobre el grave problema que está ocurriendo en nuestra sociedad donde hemos negativizado una situación económica y social, ya de por sí grave y que afecta al ánimo y autoconfianza de los individuos, la cual sólo puede reforzarse desde el positivismo.

El otro día tuve una interesantísima conversación con un compañero y amigo sobre la importancia de tener interiorizado tus pautas de comportamiento y no dejar que acontecimientos que ocurren diariamente, bien en tu entorno directo o en un más amplio espectro, nos afecte hasta tal punto que cambie nuestra actuación. Un ejemplo concreto de este asunto es cuando alguien se altera en una reunión por lo que otro dice o hace. Llega un punto que esa reacción te hace sentirte mal, porque en esa ocasión te han ganado porque han logrado desestabilizarte. No has controlado tus reacciones. Nuestros sentimientos han sido dominados por los demás y por el entorno.

Es un tema muy interesante el control de los sentimientos y del cual hay mucha y muy interesante lectura. Controlar los sentimientos es tanto como controlar las reacciones que nos producen los diferentes hechos que ocurren en nuestra vida. Cuando ocurre un estímulo los humanos lo procesamos en nuestro cerebro y hacemos una interpretación de él, realizado ese proceso nos produce una reacción.

Recomiendo el libro El alma está en el cerebro” de Eduard Punset, en el cual se explica, entre otras muchas cosas, que en realidad no somos animales racionales, en tanto en cuanto es el hipotálamo, al igual que en el resto de animales, el que primero recibe los estímulos externos, para posteriormente pasar la información al neocortex. Como humanos tenemos que aprender a reaccionar utilizando el neocortex y no dejarnos llevar por el hipotálamo, y eso es un ejercicio de aprendizaje de reacciones que puede durar toda la vida y que empezamos desde que nacemos.

Hasta aquí la primera parte que es como reaccionamos ante los acontecimientos, pero la cosa es aún más compleja, porque una vez que ese estímulo es recibido por nuestro cerebro ha de ser interpretado. Y este es otro campo maravilloso, de gran complejidad e interés. En ese proceso entramos en como interpretamos las cosas, de cómo las percibimos, con toda nuestra subjetividad (Como decía Ortega y Gasset soy subjetivo porque soy sujeto). Y en esa percepción de las cosas, de las personas, de las situaciones, de los acontecimientos, influyen multitud de factores que enlazan con nuestra propia biografía y, por ende, con nuestra personalidad).

Por eso el mismo hecho es percibido por diferente por cada individuo. Y además, para aumentar la complejidad, cada individuo es libre de variar su percepción en función de la información o estímulos recibidos. Es parte del aprendizaje contínuo al que estamos sometidos a lo largo dela vida.

Pues bien, en esa percepción juega un papel fundamental nuestro propio diálogo interior. No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos sobre lo que nos sucede. Porque de toda la información que recibimos nos quedamos con una parte y tendemos a centrarnos más en unas partes que en otras. Vivimos en una sociedad donde nos centramos más en los aspectos negativos de los hechos que en su vertiente positiva. Partiendo de además de “pre-juicios”, estereotipos, y otras barreras para el entendimiento de las cuales reflexionamos ya en este blog.

Nos lleva por tanto a la necesidad de aprender y trabajar la actitud positiva, el pensamiento positivo. De esto también hay mucho escrito y dedicaremos un post a ello, pero recomiendo el libro “El arte de no amargarse la vida”, de Rafael Santandreu.

En el mundo complejo actual, en una situación complicada en todos los aspectos, lo peor que nos puede ocurrir es que nos dominen los aspectos negativos de las cosas, y mucho menos que nos afecten a nuestra actitud, y hagamos un esfuerzo por aprender cada día a tener una actitud positiva y saber apoyarnos en ello. Y además esforzar en dar el valor justo a las cosas y que no nos afecten hasta tal punto que cambien nuestro comportamiento.

Las decisiones de los gobiernos y de las diferentes organizaciones, que cada uno las valore como crea conveniente, pero que sea cada individuo el que se marque su camino y se apoye en sus fortalezas. Es lo que Covey llama la “victoria interior”, en su libro “los siete hábitos de la gente eficiente”

Con todo ello, mejorará nuestra autoconfianza y con ello la confianza a todos los niveles, incluida la confianza como país, que tanta falta nos hace.



Antonio Burgueño Jerez
Patrono Fundación Pro Humanismo y Eficiencia
Director de Desarrollo y Calidad de Ribera Salud