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domingo, 8 de diciembre de 2013

ENTREVISTA EXCLUSIVA A ARISTOTELES. A propósito de Mandela

Estagira, Macedonia, diciembre 2013




Mucho se ha escrito y dicho a cerca de Nelson Mandela, especialmente  estos días tras su fallecimiento. Se han destacado muchas virtudes de este hombre especial. Hemos querido entrevistar a un personaje tan trascendental para la humanidad como el propio Mandela, y que por su saber nos aporta una visión enriquecedora para todos. A modo de lección aprendida, como se dice ahora: El filósofo y pensador Aristóteles

 

  • Se ha escrito mucho a cerca de Mandela, y mucho se escribirá, pero, ¿Qué destacaría de esta extraordinaria figura?
    • No es nada fácil destacar algo en un hombre con tantas virtudes, valores como se llaman ahora. Las mismas conforman la ética, que como he dicho en repetidas ocasiones está para practicarla, y Mandela lo hacía a diario. Era un ejemplo que demostró que las virtudes se adquieren y desarrollan con la practica y esfuerzo.
    • La más importante de las virtudes (o valores) es, sin duda,  la fortaleza de carácter para actuar conforme a las mismas. Siempre y en todo momento. Es la más difícil de todas las virtudes, pues todos sabemos de hombres y mujeres que poseen en su fuero interno virtudes pero que no las practican por carencia de esta ultima.
  • Pero actuar así le conllevó desdichas y grandes dificultades en su vida ¿Diría usted que Mandela realmente fue feliz?
    • Por supuesto. No tenga usted ninguna duda. El hombre feliz obra y  contempla lo que concierne a la virtud, y sobrellevará los cambios de fortuna de la mejor manera y siempre de manera armoniosa. Y así lo hizo a lo largo de su vida. Rompió con el viejo paradigma de  considerar que "vivir bien" o "bien estar" es idéntico a ser feliz. Nada más lejos de ello. Demostró  que se puede ser feliz sufriendo desgracias e infortunios si es por defender una tesis. Un fin.
  • Bajo su punto de vista, que destacaría de Mandela político
    • Actuó siempre bajo el convencimiento de que la labor política debe procurar un bien supremo, por encima del individuo.
    • Por otra parte, frente a la idea generalizada de que en política parece que se esta para recibir honores, el demostró lo que siempre he promulgado: que esa es una idea muy superficial y que se es más feliz dando que recibiendo.
  • Buscó siempre la justicia…
    • La justicia es importante sin duda, para mi maestro Platón era la más importante de las virtudes. Aunque se puede afirmar que Mandela fue un hombre justo, yo prefiero hablar de equidad para definirlo. Ya sabe usted que desde que escribí sobre ello se considera la misma como un elemento complementario a la ley , pero dentro del derecho.
  • Muchas gracias, Sr. Aristóteles
    • A usted. Un placer


Antonio Burgueño Jerez


domingo, 5 de agosto de 2012

NO NOS CONFUNDAMOS: LA UNIVERSALIDAD NO ES “BARRA LIBRE”



Querido amigo Pedro
Has abierto con tu REFLEXIÓN un debate en el blog que está muy de actualidad dada la situación económica actual y las decisiones políticas que se vienen tomando.
La protección social en España es una conquista social de hace muchos años. No creo que nadie discuta ni se quiera plantear hoy en día que esto es un valor de nuestra nación que hay que defender. Y viene desde el franquismo, pues es en ese periodo de nuestra historia donde se crea la protección sanitaria a los trabajadores, y con ello las grandes ciudades sanitarias, y se funcionariza a los profesionales, entre otras cosas.
Pero la protección social tiene muchas vertientes que van desde la cobertura en caso de desempleo, jubilación, asistencia sanitaria en caso de necesidad, atención a los mayores, dependencia, etc.
El problema no es de filosofía o creencias, como a veces se quiere hacer pensar. El problema es una cuestión financiera de mantenimiento de un sistema sanitario que difícilmente se sostenía hace ya más de 30 años. Cabe recordar aquí el informe Abril, que ya quería plantear soluciones a esta agonía.
Pero ese era un problema que nadie quería sacar a luz pública pero que en privado todos los políticos y profesionales sabían que estaba ahí. Pero como todos tenían responsabilidad sobre el mismo en uno u otro sitio de nuestra geografía, y como la economía permitía taparlo, íbamos tirando.
El problema es que ahora no se puede tapar y que las decisiones de eficiencia deben tomarse, pero que hay que hacer cirugía porque si no el enfermo se muere. Por otra parte, dada la cultura de nuestro país, estoy llegando a pensar que tal vez la presión económica sea el gran motivante para trabajar en eficiencia. Vamos, “que nos pongamos las pilas”, como se dice vulgarmente.
Durante más de diez años he sido consultor sanitario. Creeme Pedro, la idea general era no tocar nada pues funciona, y no se asumían riesgos para la mejora de la eficiencia. Casos excepcionales los hay, claro. Gracias a los cuales hoy estamos un poco mejor.
Y dirás que donde está la Universalidad en mi reflexión. En todo ello. La universalidad no debió ser nunca interpretada como “de todo para todos”. Porque eso no es socialmente justo. El derecho a la asistencia sanitaria es un derecho fundamental para los españoles. Insisto, para los españoles, no para todo el universo. Esto es importante, pues al margen del factor humano y la ética profesional, la realidad es que un sistema sanitario que trabaje desde el rigor, debe dejar claro quiénes son sus beneficiarios y descartar a los que  no lo sean, por justicia social. Y para atender a aquellos que no entran dentro de ese universo de españoles y, si hay un problema humanitario, deben instrumentarse otras vías de atención o de financiación de esa actividad (asociaciones, fundaciones, ONG´S…). “No mezclando las churras con las merinas”
Llevo muchos oyendo lo mismo. La salud no es un negocio (eslogan muy bien pensado para los intereses que pretende,  por cierto).  Y estoy completamente de acuerdo. Otra cosa es la sanidad. Sin dinero no hay sanidad. Nos pongamos como nos pongamos. Y los recursos son siempre escasos, y deben ser bien utilizados, con crisis o sin ellas. Y partir de una universalidad eficiente es fundamental.
Hablas de la dependencia. Durante unos años he trabajado la asistencia social, poniendo en marcha servicios y residencias para la tercera edad allí donde más falta hace: en los pueblos. He visto mucho fraude Pedro. Y muchas “burradas”. He peleado personalmente porque algunas personas que si necesitaban protección la tuvieran. El sistema de protección social está muy lejos de ser justo, y mucho menos eficiente. Este es un largo debate que si te interesa lo pondremos encima de la mesa.
La ley de dependencia fue un fraude social, una estafa, pues nos vendieron algo muy bonito pero que no estaba respaldado por presupuestos, por dinero. Y sin dinero no hay nada que hacer. Salvo que encuentres  gente que quiera trabajar gratis y proveedores de materiales, equipos, etc que no quieran cobrar.
El gran avance de aquella ley, como tu apuntabas, era que se pagaba dinero a los cuidadores de los dependientes. No lo entiendo y eso no puede funcionar. No hay ser humano que aguante 24 horas  al día, 7 días a la semana y 365 días atendiendo a un dependiente. Entraríamos en la necesidad de cuidar al cuidador. Y tampoco creo que sea la mejor atención que se les pueda dar a nuestros dependientes.
Pero ese es otro debate, pero mi reflexión en este aspecto está basado por pelear soluciones a casos reales que venían a buscar mi ayuda y apoyo. Algo que me llenaba de orgullo y satisfacción interior, por cierto.
Un abrazo amigo

Antonio Burgueño Jerez, Jefe de Desarrollo y calidad de Ribera Salud. Patrono Fundación Humanismo y Eficiencia