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domingo, 11 de noviembre de 2012

UNA VISION HUMANISTA DE LA ECONOMIA (EFECTO) Y LA SANIDAD: LAS CONDUCTAS DE TODOS COMO CAUSA


A nadie se le escapa, que la realidad sanitaria actual está condicionada por el contexto económico y social de la cual es parte. Y, aunque parezca “de Perogrullo” he entendido oportuno destacarlo. Y ojo, que no estoy hablando de crisis, pues entiendo más oportuno hablar de la mayor escasez de recursos, los cuales son siempre finitos.
Y, aunque a algunos les cueste mucho enlazar la sanidad con la economía, la misma es humanista por definición. Ya a principios del siglo XX, el economista Alfred Marshall describió la economía como “El estudio de la humanidad en las actividades ordinarias de la vida”. Galbraith añadía que el concepto clave de la economía es la “escasez, que no debe confundirse con pobreza”.  Esto es cierto, ya que los deseos humanos son casi ilimitados y todas las sociedades tienen cantidades limitadas de recursos.  Y la prestación sanitaria, pública o privada,  no es ajeno a ello, obviamente. El debate de la insuficiencia financiera de la sanidad es, pues intrínseco a la misma, como actividad humana que es.
Por tanto, y desde el punto de vista de las decisiones económicas, se toman millones de ellas diariamente en nuestra sanidad. Lo hacemos todos, casi sin darnos cuenta. Y de nuestras decisiones depende la economía sanitaria de nuestro país.
La salud económica de nuestra sanidad, en esencia, es la resultante de la agregación de todas las decisiones y actuaciones de todos los actores del sistema. En otras palabras, es la consecuencia de las conductas individuales y colectivas en las diferentes situaciones y roles que jugamos. Todo ello condicionado, a su vez, por las emociones, percepciones, reflexiones, sentimientos, deseos, necesidades, nuestra propia historia... compleja cuestión por tanto.
Esta realidad queda oculta tras una compleja jerga económica, ya sea de la macroeconómica o de la propia de la gestión de las organizaciones. La misma no deja de ser condicionantes que alejan a la población en general y a los profesionales sanitarios en particular de una visión más sencilla y realista y cotidiana de la economía.
En resumen, la sanidad la hacemos todos, cada uno en su ámbito de responsabilidad, y todos juntos tenemos que ser capaces de hacer la mejor sanidad posible con los recursos siempre escasos, y que enmarcan nuestras decisiones. De ello depende la salud económica de nuestra sanidad. Y hay margen para el debate, pero obviar ciertas realidades puede llevarnos a planteamientos, cuanto menos poco realistas. No nos olvidemos. Teniendo esta premisa clara estamos en condiciones de enriquecernos con el debate. 
 

Antonio Burgueño Jerez
Patrono Fundación Pro Humanismo y Eficiencia en la Sanidad



3 comentarios:

  1. Estimado Antonio
    Como economista me gustaría añadir unas reflexiones. Primero utilizando una definición de Economía: Ciencia que estudia la asignación óptima de unos recursos escasos susceptibles de usos alternativos. Esta definición nos introduce en tu reflexión. Nuestra sociedad ha perdido la cultura de la escasez, nos hemos creido en los últimos años que tenemos de todo y de una forma ilimitada. Como continuación de lo anterior, hemos perdido los valores de compartir, ser mas humanos, y de la honradez y de la honestidad.
    Nuestra sociedad no es sotenible y debemos ser mas eficientes y eficaces en todo lo que hacemos, trabajo y modo de vida. Creo que si pensamos mas en los que están pasándolo mal nos esforzariamos mas en mejorar.
    Hay que huir de mensajes que lo simplifican todo y que nos llevan a discusiones retóricas, tenemos que hacer que la sociedad y, en especial todos los servicios sociales entre ellos la sanidad, sean eficientes y sostenibles.
    Un abrazo

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  2. Me llevas al concepto de eficiencia basada en la escasez para la sostenibilidad de la sociedad actual. Bien visto.

    Un abrazo

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  3. Queridos Francisco y Antonio,

    La economía que es una ciencia en sí misma, deberíamos utilizarla como mero "comodity" en la vida de los humanos, y de esta manera prestigiarla y humanizarla hasta el extremo de convertirla en un alto valor, y con mucha humildad.

    Parece que al final, he dejado una frase, pero con el ánimo de decir algo y no de simplificar las cosas.

    Un abrazo, Miguel R

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