Esta semana, el Consejo Interterritorial,
en reunión celebrada en el Ministerio de Sanidad, ha creado una Comisión para
que comience los trabajos necesarios para la realización del Libro Blanco de
los Recursos Humanos. Humildemente aplaudo la decisión, en tanto en cuanto, decisiones
sobre cualquier asunto, aún más este tan delicado, deben estar basadas en
reflexiones y marcos filosóficos. De lo contrario, carecerían de base sostenible y, por ende, poco perdurables en el tiempo.
Y si además esa decisión se realiza
en un órgano donde están representadas todas las Comunidades, que son aquellas
que posteriormente tienen que trasladar las reflexiones a hechos, pues doble
aplauso por mi parte.
Una de las cuestiones que debe
abordar la Comisión es el del trabajo en equipo y por objetivos. Me sorprende
gratamente la inclusión de este punto como algo destacado. Y digo gratamente
porque sin duda es un aspecto crucial. Nos podemos perder y regodear en
palabras grandilocuentes, que de tanto usarlas acabamos de vaciarlas de
contenido. Pero trabajar conjuntamente, coordinadamente es crucial para lograr
mayores y mejores eficiencias. Una organización sanitaria no deja de ser un
grupo de personas que trabajan juntos, con una serie de recursos, para prestar
servicios a otras personas que requieren de los mismos.
El tema del trabajo en equipo ni
es baladí ni es sencillo. Una cosa es trabajar conjuntamente a otros y otra muy
distinta, lograr equipos que logren altas cotas de rendimiento basándose en
aspectos claves como una comunicación efectiva, unos objetivos claros, una
participación activa, responsabilidad y cierto nivel de autonomía, y un
esmerado cuidado y fomento de las relaciones interpersonales positivas.
Otra cuestión clave es dilucidar
que entendemos por equipos de trabajo, pues dentro de las organizaciones
sanitarias existen multitud de ellos y entrelazados, siendo este asunto uno de
los aspectos más complejos de su organización y gestión. En otras palabras,
¿Hablamos de los equipos “iso-profesionales” (médicos, enfermería, admisión…)?¿Hablamos
de equipos médicos por especialidades o multiespecialidades?¿Hablamos de de
equipos multidisciplinares?¿O hablamos de todos? Como se dice vulgarmente, “tiene
miga el asunto…”.
La complejidad se incrementa si reflexionamos
sobre las estructuras, fundamentalmente hospitalarias. La estructura habitual
es la división en direcciones de profesionales, clínicos o no (enfermería,
médica, admisión, etc). Sin embargo, los procesos clínicos de los pacientes
basan su eficiencia en la eficiente organización y coordinación de todos los
profesionales que trabajan en un servicio, léase por ejemplo, urgencias, quirófanos...
En otras palabras, el reto es
pasar de la agregación de las prácticas de los profesionales como individuos a
Grupos Profesionales Integrados en la visión, estrategia y objetivos de la
organización.
Todo esto no se consigue de la
noche a la mañana. Un interesante informe realizado por el organismo Advisory
Board Company, como siempre recogiendo experiencias y planteamientos de cientos
de organizaciones a nivel mundial, concluye, entre otras cosas, que para lograr
equipos clínicos de alto rendimiento deben darse siete pasos cruciales, los
cuales llevan años de trabajo:
- Establecer una visión común y alineada a la de la
organización.
- Definir las claves de la cultura común
- Construir el gobierno clínico
- Invertir en entrenamiento de los líderes
- Fijar estándares de servicio
- Establecer remuneración según objetivos de grupo
- Desarrollar elementos de control y seguimiento de los avances
- Definir las claves de la cultura común
- Construir el gobierno clínico
- Invertir en entrenamiento de los líderes
- Fijar estándares de servicio
- Establecer remuneración según objetivos de grupo
- Desarrollar elementos de control y seguimiento de los avances
Sólo este punto del informe
requiere de un estudio, metodologías, cultura, cambios organizativos de gran
calado. Un tema apasionante que, no por complejo, es vital abordarlo, pues es
requisito “sine qua non” para la eficiencia y, por tanto, viabilidad, del Sistema
Sanitario Universal en el que todos creemos.
En términos humanistas, el éxito
pasa por lograr por tanto, una confianza intraequipos que permita lograr mejoras
diarias, haciendo mejor lo que ya hacemos bien, dado por hecho, que lo que
hacemos peor hay que hacerlo bien.
Al igual que la prescripción
eficiente y otros tantos asuntos, que esto ocurra es responsabilidad de todos.
Sin excepción.
Antonio Burgueño Jerez
Patrono Fundación Humanismo y
Eficiencia
Jefe Unidad Desarrollo y Calidad Concesiones
Ribera Salud
Para que un equipo (sea cual sea) funcione bien, las relaciones entre ellos han de ser buenas, en eso se basa todo .... simple .... jajajaja nadie dijo que fácil .... ¿alguien dispuesto a dejar su "ego" en la puerta antes de entrar? ....
ResponderEliminarAyas los egos!!! Da para una tesis!!
ResponderEliminarQuerido Antonio,
ResponderEliminarLa propuesta del "libro Blanco sobre los RRHH en Sanidad" es sin duda una apuesta por favorecer todo el ámbito humano y profesional de nuestra Sanidad. Es por lo tanto, una oportunidad de mejora sobre lo existente, que siendo muy bueno en lo extrictamente profesional clínico, carece de cualificación en la gestión y el liderazgo, entre otras, y los profesionales del sector es seguro que están expectantes ante ese nuevo reto. Será necesario realizar una atractiva oferta, para atender adecuadamente la demanda del profesional afectado.
Un fuerte abrazo, Miguel R