Ahora la salud y la asistencia
sanitaria que se busca para recuperarla es ya una necesidad, una exigencia que
se refleja en la actitud y comportamiento consecuente cuando la persona acude a
recibir esos servicios. Una actitud que
tiende más a cuestionar el proceso asistencial y, por ende, el acto clínico,
más que confiar en los profesionales, todo ello partiendo de un desconocimiento
de lo que realmente es bueno realmente para ellos. En esa relación, donde la
información y el conocimiento cae del lado del profesional se hace vital para que la relación funcione que el paciente
confíe en el.
Es un hecho preocupante que las
agresiones a profesionales aumente, dicen los diferentes estudios. Sin embargo,
por graves que sean las mismas, lo realmente preocupante son el ingente número
de agresiones verbales o actitudinales que cada día, como una gota malaya (que
diría un amigo mío), viene minando la autoconfianza del profesional, que corre
el riesgo de negativizar su percepción a todo paciente. Y condicionar con ello
su trabajo y decisiones. Esto lo pude constatar en una formación a personal de
admisión de una compañía de seguros. En todo el territorio nacional la
estadística se repetía y, una vez más apareció el principio de Pareto: Entorno
al 20% de los pacientes consumían alrededor del 80% de los recursos “mentales”
de ese personal. Y todas las sesiones comenzaban igual…. “es que los pacientes
son…”
¿Qué se puede hacer ante esto?
Entiendo que la solución está en uno mismo (refuerzo continuo de la
autoconfianza), y en el trabajo conjunto de los equipos de trabajo (confianza
intragrupos) y en el desarrollo de habilidades de generación de confianza en la
interrelación personal. El apoyo y trabajo al unísono y desarrollar habilidades
para tratar con esas personas difíciles y, por otra parte, trabajar en generar
sinergias y relaciones de confianza dentro del grupo es fundamental. Fundamental
para afrontar los momentos difíciles que no existan sentimientos y actitudes
negativas dentro de los propios integrantes de los servicios sanitarios, siendo
el caso más extremo el mobbing, fenómeno que se produce en organizaciones
sociales tan dispares como colegios, institutos, empresas, etc.
Se puede y se debe aprender a
afrontar los momentos con pacientes difíciles y agresivos, mediante la mejora
de habilidades de relaciones personales. Siempre partiendo de un trabajo
interior de mejorar la autoconfianza. Sin autoconfianza difícilmente se
transmitirá confianza en las relaciones interpersonales.
Email: burjerez@humanismoyeficiencia.org
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