Hace años los facultativos eran los primeros que cuando tenían dudas sobre un diagnóstico procedían a consultar a “colegas” sobre los mismos. Esto daba al paciente una seguridad en cuanto a su atención y humanizaba el trato que recibía ya que el sistema generaba seguridad. En la actualidad el paciente ha pasado a desconfiar del sistema y ha comenzado a solicitar segundas y terceras opiniones.
Este hecho que, en principio, parece ser solo motivado por el paciente y en entornos de sanidad privada se está dando en los servicios públicos de Salud (SPS) y, en especial, cuando se circunscribe a las relaciones de Atención Primaria y los servicios médicos de grandes empresas.
Los servicios médicos de las grandes empresas gestionan la salud de cientos de miles de trabajadores que, en su mayor parte, no utilizan los SPS hasta que se jubilan. Estas grandes empresas tienen como uno de sus objetivos prioritarios la salud de sus trabajadores y disponen de medios y financiación suficiente para darles un servicio que, en la mayoría de los casos, es excelente. Dentro de estos servicios se contempla desde los clásicos reconocimientos anuales, generalmente superados con la realización de pruebas para prevención de patologías específicas (Prevención del cáncer de mama, prevención del cáncer de colon y próstata, enfermedades cardiovasculares, etc.), hasta programas de prevención y educación en hábitos y prácticas saludables.
Como se puede observar la historia clínica que se dispone de cada paciente es muy completa y, en muchos casos, con pruebas que se han ido realizando y que, en si mismas, suponen un coste elevado. Toda esta documentación clínica se ha detectado que no es aprovechada adecuadamente por los SPS hecho que, considerando el momento actual, supone un despilfarro de recursos.
A este problema se le añade la falta de coordinación con la sanidad privada que también realiza un alto volumen de actividad y que parte de ella podría ser utilizada por los SPS.
Es conocido que en la actualidad se está trabajando en la estandarización de la historia clínica informatizada, ver EN13606, y que esta estandarización todavía llevará un tiempo aunque es obvio que en este intermedio se pueden ir dando pasos, relativamente fáciles, que supongan un impacto importante en la financiación y el cuidado de la salud de los trabajadores y es en este sentido en el que se articulan las siguientes propuestas:
- Conocimiento real y práctico por parte de los profesionales de los SPS (médicos de atención primaria y otros) de los procesos y productos con los que se trabaja en los servicios médicos empresariales (para evitar falsas percepciones al respecto)
- Coordinación en el diseño, puesta en marcha y resultados de las campañas de promoción de la salud y prevención realizadas por las empresas y con recursos de las empresas (es importante que se considere a los servicios médicos empresariales como un socio que financia y ayuda y no como un intruso que intenta intervenir en un ámbito no laboral, de generar potencial discriminación respecto a la población general, ...).
- Potenciar la actividad asistencial de las estructuras de medicina del trabajo.
- Coordinación con en el SPS en cuanto al seguimiento de las bajas por contingencias comunes
- Vigilancia periódica de la salud postocupacional de personas que han estado expuestas a riesgos: coordinación con el SPS, estandarizar los protocolos de información (a quién informar y como).
- Crear puntos de encuentro e intercambio de información con la Atención Primaria.
- Potenciar la Medicina del Trabajo como “centro de expertise” en patología laboral y recuperar la idea de las áreas de salud laboral en la atención primaria.
Si a estas relaciones incorporásemos la cantidad de pruebas que se hacen en el ámbito del seguro sanitario privado los ahorros generados serían suficientes como para no necesitar más recortes en la Sanidad Pública. Asimismo, esta unidad de servicio sanitario global, además de mejorar la atención y eficiencia, facilitaría, por la liberación de tiempo del personal asistencial un mejor trato y, por lo tanto, una humanización del trato al paciente.
Francisco Álvarez
Patrono de la Fundación pro Humanismo y Eficiencia en la Sanidad