6 de enero, día de
los Reyes Magos. Desde pequeños muchos sentimos una ilusión especial, lejos de
pragmatismos de la creencia o no de su existencia, fe que a muy temprana edad
queda rápidamente ocultado por el ese pragmatismo imperante en nuestra sociedad
y aún más en nuestras vidas.
Lo que es
indiscutible es que para muchos la magia de este día sigue existiendo. De no
ser así difícilmente podríamos trasmitírselo a nuestros hijos y vivir con ellos
las emociones e ilusiones propias de este día, quizás porque salga de dentro de
nosotros ese niño oculto que no queremos soltar, quizás porque de alguna forma nos sentimos reyes
"generadores de ilusión".
Entiendo que ese
sentimiento nunca debería morir, porque es el sentimiento de la ilusión. Y esa
ilusión debería estar presente en todas las facetas de nuestra vida, personales
y profesionales.
Ilusión por
conseguir, ilusión por no perder, ilusión por hacer, o por lograr hacer. La
ilusión mueve montañas y es indispensable para superar retos y desafíos. Es la
gasolina para la motivación, para para la superación individual y colectiva,
para la constancia, para el logro de objetivos, etc.
Pero cuidado, la
ilusión es contagiosa, porque son pocos los que están vacunados frente a ella,
y tenemos tendencia a contagiarnos rápidamente, porque estamos predispuestos a
ilusionarnos cuando nos dan motivos.
Si alguien le
preocupa que el virus de la ilusión se propague que nos sufra, hay un antídoto
muy eficaz: La racionalidad y el pragmatismo. Y es un genérico, es barato. El
pragmatismo mata al virus dela ilusión con total eficacia.
Os deseo a todos un
2014 lleno de ilusiones motivantes, y por tanto mágico, si queremos cambiar las
cosas, transformarlas, o simplemente superarnos para ser un poco mejores cada
día, pues sin ello corremos el riesgo de caer en la rutina, la monotonía, una
vida gris al fin y al cabo.
Personalmente
confieso que estoy contagiado del virus de la ilusión. No siendo "un
camino de rosas", le hace a uno sentirse más vivo.
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