No es habitual en este blog reproducir artículos publicados e los diferentes
medios. Pero como siempre hay alguna excepción esta semana haremos aquí, El
viernes, tras leer el extraordinario artículo de opinión de Sergio Alonso, redactor jefe de la razón, en la
gaceta médica, y abusando de su confianza, decidí solicitarle permiso para
reproducirlo en este blog. Le agradezco su predisposición.
Y es brillante
desde mi punto de vista porque pone encima de la mesa un problema que, con
independencia de que finalmente se refiera a un hecho concreto.por desgracia es
más que generalizable. Vivimos una sociedad que el conocimiento, actuar conforme
a valores, en muchas más ocasiones y organizaciones de las deseadas se ha
convertido en un problema. Y cuanto más os acercamos a los órganos de poder, el
problema se incrementa, lógicamente.
Los valores son la base de la
confianza entre los miembros de una sociedad. Y la misma es la base del humanismo,
podemos concluir que una sociedad donde las víboras triunfan se deshumaniza. Y
eso es más que preocupante.
Os invito a leerlo con detenimiento, en la
confianza que os hará disfrutar tanto como a mí. Gracias
Sergio.
LAS VIBORAS SE REVUELVEN CONTRA LOS HOMBRES JUSTOS
Sergio Alonso, Gaceta Médica
viernes, 15 de febrero de 2013
Puestos a suponer,
supongamos. Supongamos, por ejemplo, y es sólo un suponer, que esto ya no es
Matrix, sino la realidad misma. Supongamos por tanto que lo anterior era una
ilusión, un sueño, una quimera, un oasis ficticio en medio del abrasador
desierto, el delirio de Morfeo. Siempre de acuerdo con esta suposición,
supongamos también que los que nos adentraron en el mundo onírico sobran, porque
la realidad se impone siempre a los sueños y lo que menos le importa a esta
última es que los sueños perduren, aunque sean bonitos. Supongamos que tres
cautivadores nos ofrecieron por unos momentos el sueño de la razón y apostaron
por valores hoy en decadencia como la ética, la justicia y la
honorabilidad.
Obviamente, y esto ya no es suponer, dichos valores chocan con
el culto al dinero, el enriquecimiento fácil, la mentira, la añagaza, el
contubernio y el servilismo que frisa con el vasallaje. Es cabal suponer
entonces que cuando abrieron los ojos, los tres valientes pudieran decidir
plantarse y decir basta. Basándonos siempre en esta suposición, es fácil
imaginar lo que viene a continuación. Al igual que las víboras se revuelven
contra el que las pisa, los injustos actúan contra los justos, eliminándolos uno
a uno. Sucedió con el que sabía. Ha pasado también con el que ejecutaba e
intentan ya hacerlo con el que manda. Es lo racional, lo lógico, lo previsible,
lo más cartesiano y, a la vez, lo más cobarde: es la vileza llevada al extremo
máximo, pero así es la realidad de la vida, enemiga siempre de los sueños.
Recordemos que en el pasado sucedió algo parecido y aquello acabó en una orgía
caníbal entre las víboras.
Supongamos por tanto que por un momento los
ofidios ganan la batalla y que los hombres justos van cayendo porque sus sueños
son etéreos y se desvanecen. Pero supongamos también que, por una vez, y sin que
sirva de precedente, parte de sus sueños persisten y terminan expandiéndose por
la realidad. Las víboras ya han quedado identificadas porque han mostrado su
sonrisa ofidia y su lengua viperina cuando había que mostrarla. En tres
palabras: han quedado señaladas. Es fácil entonces que un equipo de herpetólogos
se adentre en el templo en el que están alojadas y empiece a fumigarlas. Ya sé
que más que Matrix, esto empieza a parecerse a una película de Indiana, pero la
realidad tiene estas cosas: que cambia por momentos y se transmuta, llegando a
sorprender incluso a los que quieren dibujarla. Siguiendo con esta suposición,
supongamos que decenas de papeles salieron del templo mientras las víboras
anidaban. Supongamos también que las instrucciones sobre cómo matarlas se han
expandido tanto que ya no hay secreto alguno que no se sepa: los hombres justos
hicieron su trabajo y gracias a él, es ya muy fácil matarlas. Los dueños del
templo, que tanto empeño pusieron en guardar silencio sobre lo que allí ocurría,
ganaron la batalla, pero han empezado a perder la guerra. Sabiamente informados,
los herpetólogos tienen todas las herramientas necesarias para fumigar y
aguardan el mejor momento, en espera del foco de las cámaras. La operación es
muy golosa y hay que saber explotarla. En esta suposición, los buenos siempre
ganan y su sueño, que es el de los justos, termina imponiéndose sobre la
pesadilla de los vasallos, que quedan apresados a los pies de sus
amos.
Preguntas sin respuesta
¿Qué miembro de la junta directiva de un
colegio de médicos es administrador mancomunado de una empresa que presta
servicios para dicho colegio?
¿Cuánto facturó dicha empresa en 2012?
¿Qué
cuerpo de seguridad del Estado tiene ya en su poder información registral sobre
dicha empresa y sobre el sujeto en cuestión?
¿Qué corporación celebra actos
en sus instalaciones pese a no tener autorización legal para ello?
¿Qué papel
ha jugado Villarig en el ahora voy ahora no voy de Tomás Toranzo a la
presidencia de la OMC?
¿Por qué no habrá nunca en España una especialidad de
urgencias?
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Antonio Burgueño Jerez
Patrono Fundación Humanismo y Eficiencia y Eficiencia en la Sanidad
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